miércoles, 23 de octubre de 2013

introducción a la filosofia

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA. 



LA SIGNIFICACIÓN ETIMOLÓGICA. La historia del término “filosofía” está, como la filosofía misma, llena de variaciones y precisiones. El término deriva de las palabras griegas “philos”, que significa “amor” en el sentido de “tendencia a”, y “sophía”, que significa “sabiduría”. 

Al principio, a los que ahora llamamos “filósofos” se les llamó “sophos”, que quiere decir “sabios” en cuanto que eran hombres que poseían algún saber.

Pero entre los mismos “sabios” se hacía una distinción entre los que estudiaban la “naturaleza” (“naturaleza” en griego se dice “Physis”), a los cuales se llamaba “físicos” o “fisiólogos”.

Aristóteles empezó a dar a la palabra “filósofo” la connotación de “estudioso”; con esto quería decir que el filósofo no era un sabio, pues no posee la sabiduría, sino sólo un “estudioso” o “examinador de la realidad”, en cuanto que buscaba la sabiduría con amor.

En base a estas aclaraciones podemos afirmar que la filosofía, más que “amor a la sabiduría”, debe entenderse como una “búsqueda de la sabiduría”.

Para efectos prácticos, podemos esquematizar las diferencias planteadas de la siguiente manera: 

SABIO
(Posee el saber)
Historiador
Físico o Fisiólogo
FILOSOFO
EUDITO
(Busca el saber)
(sabe mucho)

    EL HOMBRE Y SU AMBIENTE.

Desde que apareció el hombre sobre la superficie de la tierra, se ha dado el fenómeno del conocimiento como una de las formas de relación entre el hombre y su ambiente (la otra forma de relación es el trabajo productivo).

El fenómeno del conocimiento era, al principio, algo muy rudimentario, así como era de rudimentario el mismo hombre.

Muy probablemente el hombre primitivo sólo llegaba a conocer las cosas que le rodeaban “en cuanto ambiente”, esto quiere decir que no las conocía como formando parte de un todo organizado, sino simplemente como “algo” que está ahí”, determinándolo, sin que el hombre pueda evitarlo.

Las reacciones del hombre primitivo ante ese ambiente más grande que él, más poderoso que él, anterior a él e incomprensible para él fueron variadas.

Desde la actitud de domino sobre la naturaleza, sobre los animales por medio de los instrumentos, hasta la actitud de la religión primitiva que intentaba “religar” a los hombres con esas fuerzas superiores e incomprensibles (haciendo uso de una facultad del conocimiento humano; la imaginación).                                    

Dos modos de relación hombre-ambiente
Fenómeno del conocimiento (imaginación en un extremo)
Trabajo productivo (dominio de la naturaleza)
    EL HOMBRE, DOMINADOR IMPOTENTE.

Si seguimos paso a paso esta evolución del conocimiento, descubriremos una serie de actitudes.

Primero, el hombre se descubre como manipulador del mundo; se da cuenta de que puede efectuar cambios, para su provecho, dentro de algunos sectores del mundo que le rodea, se da cuenta de que por medio de instrumentos y de su trabajo productivo puede cazar más eficazmente, pescar mejor, construir viviendas rudimentarias, etc.

  En un segundo momento, el hombre se da cuenta de que, a pesar de que domina una parte de su medio ambiente, “no es capaz de dominar” muchos otros factores de los que depende su vida material, tales como los fenómenos meteorológicos (lluvia, viento, movimientos sísmicos, etc.) o como otros aspectos de la vida humana que aparecen como incomprensibles (tales como la utilización del fuego, la autoridad, el origen del hombre, la maternidad, etc.)   

Dos sectores en la vida del hombre
Sector manipulado por el trabajo
Sector que el hombre no puede dominar por el trabajo
                     

    LA TÉCNICA.

Sí aceptamos que el pensamiento “empírico” (a partir de la experiencia) es la primera forma de acercamiento a la realidad, el pensamiento “mitológico” es la segunda.

Paralelamente al pensamiento mitológico y fundamentado en el trabajo productivo, se fue desenvolviendo también, poco a poco, otro tipo de conocimiento que se ocupaba sobre todo de dominar al mundo: la “técnica”.

Este otro modo de conocimiento “práctico” dio a los hombres una “independencia” proporcionalmente mayor respecto del medio ambiente, e incluso, llegó a destruir algunos mitos (como el del fuego).

  LA CIENCIA.

Esa independencia motivó, con el tiempo, el surgimiento de otra forma de pensamiento: el pensamiento “científico”.

La “ciencia” fue en sus comienzos, y en gran medida lo es aún, un intento por explicarse “racionalmente” lo que es la realidad; la ciencia ha sido, y sigue siendo, una forma de descartar las explicaciones “ingenuas” o “mágicas” de la realidad, y es la apertura a la explicación “critica” de esa realidad.

El problema de la ciencia es la pregunta por “lo que es algo”, la pregunta por el “como” algo funciona.

A partir de esa cuestión, la ciencia, la ciencia ha llegado a establecer las condiciones para un mejor manejo de la realidad, para una técnica más fundamentada; ahora, con la ciencia, los hombres no sólo saben manipular aspectos de la realidad, sino que también saben por qué los manipulan.


Su saber no viene ya sólo del tanteo y error, sino que proviene de un “sistemático y ordenado” conocer de la realidad.

EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA. 



Dentro  de los pueblos que en occidente llegaron a desarrollar una amplia visión científica (los griegos especialmente) se empezó a plantear una serie de preguntas “más radicales”, tales como la “pregunta por la esencia” (¿Qué es “lo que es”?), la cual no enfatizaba el aspecto de lo que es algo, sino de la determinación de lo que hace que una cosa sea esa cosa precisamente y no otra.

Si la pregunta de la filosofía pretendía llegar a determinar por qué ese algo es y cuáles son las condiciones para que llegue a ser, independientemente de lo que sea.


  EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA.

Al preguntarnos por “lo que es” la filosofía, estamos abordando ya un problema filosófico, pues la mayoría de los filósofos han tratado de circunscribir las tareas de la filosofía.

Por esa razón es que, en el transcurso de la historia, se ha llegado a tantos conceptos diferentes y hasta contradictorios sobre lo que la filosofía es.

Si se tiene en cuenta que  en la historia ha habido distintos sistemas filosóficos, cada uno de los cuales ha tenido una preocupación especial y distinta “según las situaciones que haya tenido que afrontar”.

Es posible considerar a cada una de las soluciones que se han planteado al problema de lo que es la filosofía como una solución válida, como una respuesta a un cierta circunstancia, a una cierta necesidad histórica.

  Desde este punto de vista, más que dar una definición de filosofía, parece que lo más indicado es “hacer una historia” de lo que la filosofía ha sido, tal vez no en las expresiones de todos los filósofos que ha existido, sino en las magistrales formulaciones de algunos grandes pensadores que han hecho época. (Para ayudar a esa visión, incluimos al final del capítulo, como lectura adicional, algunos conceptos de filosofía).

  EL CONCEPTO DE FILOSOFIA EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFIA.

Zubiri considera que, a pesar de la diversidad de concepciones sobre la filosofía que ha habido en la historia, no puede decirse que los filósofos estén de acuerdo en “lo que es” la filosofía, pero que sí puede garantizarse que se entienden entre sí.

Esto es posible porque todos se dedican primero a hacer filosofía en una actitud básica y sólo posteriormente buscan las soluciones a sus problemas.



  En el curso de la historia ha habido, según Zubiri, tres tipos de conceptos sobre lo que la filosofía es: 

a)      la filosofía como un “saber” acerca de las cosas;

b)      la filosofía como una “dirección” para el mundo y la vida;

c)      la filosofía como una “forma de vida” y, por tanto, como algo que acontece. 


Considera que esos tres conceptos obedecen a tres concepciones distintas de la inteligencia, a tres formas distintas de intelectualidad que, en su conjunto han configurado el panorama de la filosofía.


CIENCIA Y FILOSOFÍA

EL PROBLEMA.

Etimológicamente, “ciencia” significar “saber”, pero en base a eso, no podemos decir que tosas las formas de saber que existen puedan ser llamadas por ese término.

Es preciso distinguir lo que es el saber de la ciencia respecto de otros tipos de saber.

  La primera distinción es entre “opinión” o “sosa” y “epistéme” o “ciencia”: Históricamente es ésta la primera cuestión que distingue entre el “saber vulgar” y el “saber científico”.

La “opinión”, en cuanto que es “saber vulgar”, no es igual a la ignorancia, sino, que según explicó Platón, esta situada entre la perfecta ciencia y la absoluta ignorancia.

  La segunda distinción que es necesario hacer es entre “ciencia” y la “filosofía”: Esta distinción es más difícil pues las dos disciplinas se caracterizan por su “rigor”, por su  orden “metódico”, etc.

Cuando nacieron tanto la ciencia y la filosofía no era necesario hacer ninguna distinción, pues la “sabiduría” era una sola; pero, con el tiempo, en la medida que las ciencias han ido logrando su independencia respecto de la filosofía, se hace imperativo puntualizar las diferencias entre ambas, para delimitar sus respectivos campos.



LA NATURALEZA DE LA CIENCIA.

Podemos repetir con Ferrater Mora que la ciencia es “un modo de conocimiento que aspira a formular, mediante lenguajes rigurosos y apropiados, “leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos”.

Desde ese punto de vista, dos objetivos necesarios e imprescindibles de la ciencia son:

a) Que las leyes que descubre y formule sean “comprobables” por “observación y / o experimentación”;

y b) Que sean útiles para “predecir” acontecimientos relativos a los fenómenos a los que las leyes se refieren.



LOS NIVELES DEL CONOCIMIENTO.

Con el objeto de aclarar un poco más las relaciones mutuas entre las ciencias y la filosofía y con el interés de ubicarlas en el nivel de conocimiento adecuado, utilizaremos una clasificación que tiene sus raíces en el pensamiento de los griegos, pero que ha sido reformulada y planteada en el artículo “ciencia y Filosofía” por el Dr. Santiago Montes.

  Plantearemos tres niveles de conocimiento:

a) La Experiencia, que puede ser:

i) empírica.

ii) Práctico.

b) La Ciencia (o Epistéme)

c) La Teoría 



EL OBJETO DE LA FILOSOFÍA.

El otro problema que puede plantearse con respecto a la distinción entre ciencia y filosofía es el que se refiere a su objeto.

La pregunta por medio de la cual se formula el problema no es “¿cuál es el objeto de la filosofía?”, sino una más radical: “¿Tiene objeto la filosofía? ¿Existe un objeto un objeto de la filosofía?”  (siguiendo el planteamiento de Zubiri).

  El problema no está en que no se sepa cuál es el objeto, pues su ese fuera el caso, sólo habría que indicar cuál es.

El caso es que el objeto de la filosofía no puede ser comparado con ningún otro objeto, sea éste real, ficticio o ideal. El objeto de la filosofía es “tan otra cosa que no es cosa”.

  Pero, a pesar de que no es una cosa, encontramos que el objeto de la filosofía no puede encontrarse separado de un objeto de conocimiento, puesto que está oculto en cualquier objeto posible.

Por el hecho de “estar oculto” es que “debe ser buscado”; el objeto de la filosofía es “esencialmente fugitivo”.

  ¿De qué huye el objeto de la filosofía? Huye de una “simple mirada de la mente” (esto es, de una “simplex mentis inspectio”) para volverse objeto de una “reflexión”.

Entendemos por reflexión “un acto o una serie de actos que en una u otra forma vuelven sobre el objeto de un acto anterior a través de éste”. Esta nueva mirada sobre el mundo, más atenta que la primera, busca colocar las cosas del mundo, más atenta que la primera, busca colocar las cosas del  mundo dentro de una perspectiva más profunda, más radical.

  El objeto de la filosofía, pues, incluye tres características:

a) Es constitutivamente latente

b) Es esencialmente fugitivo

c) Es objeto de una reflexión

  La diferencia entre la ciencia y la filosofía, en lo que se refiere a su objeto, está en que la ciencia estudia un objeto “que está ahí”, mientras que la filosofía “persigue”, “busca” su objeto, pues éste, por su propia naturaleza, huye.

En otras palabras, la filosofía “no consiste sino en la constitución activa de su propio objeto, en la puesta en marcha de la reflexión”.

“Mientras cualquier ciencia y cualquier actividad humana considera las cosas ‘como son’ y ‘tales como son’, la filosofía considera las cosas ‘en cuanto que son’.

Dicho en otros términos, el objeto de la filosofía es "trascendetal’”.

Precisamente por eso es que Zubiri afirma con convicción que “aunque no sea exacto lo que decía Kant, ‘no se aprende filosofía, sólo se aprende a filosofar’, resulta absolutamente cierto que ‘sólo se aprende filosofía poniéndose a filosofar’”.

LA LOGICA. GENERALIDADES



EL ORDEN DEL PENSAMIENTO COMUN.

Todos los hombres tienen un “modo de pensar” configurado por su situación social y por su pertenencia a determinado grupo en la sociedad o a determinada clase social.

Todos los hombres tienen “sistemas de valores” que determinan aquello que consideran valioso y establecen una jerarquía entre los diversos valores. Todos los hombres “ven las cosas” de distinto modo por quien la padece, por quien la socorre, pro quien indaga sus causas para erradicarlo o por quien la utiliza políticamente.

Este “modo de pensar”, “de valorar” y “de ver” que tienen los hombres es lo que configura su “ideología”.

Entendemos por ideología “un sistema de ideas, valores y creencias de un grupo de individuos en la sociedad, que configura su modo de actuar en la misma sociedad”.



IDEOLOGÍAS EMPÍRICAS Y TEORICAS.



Las ideologías pueden ser de dos clases:

a) Ideologías empíricas.

b) Ideologías teóricas.

  Las ideologías empíricas son las que se dan en todos los hombres como una “interpretación de su situación vivencial que se manifiesta en el modo de actuar de cada persona”.

Este tipo de ideología empírica  muchas veces obedece a una “visión del mundo” o “cosmovisión”, la cual puede ser: práctica, técnica, mítica, científica, religiosa, etc.



LA ABSTRACCIÓN.

Cada cosa de la realidad es una “estructura de funciones” más o menos compleja que tiene que ser considerada en su totalidad para la realidad “divida” en una serie de partes menores que no hacen justicia a la estructura de la realidad.

Esto quiere decir que el hombre conoce las cosas “abstrayendo”.

Entendemos por “abstracción” “una de las facetas o formas del conocimiento humano consistente en la  separación mental de varias propiedades de los objetos y de sus relaciones con delimitación o desmembración de una propiedad o relación determinada”; esto quiere que la mente humana, para comprender un elemento o un aspecto de la realidad de un objeto.

Es decir, que para comprender la racionalidad del hombre, por ejemplo, debe “prescindirse” de su afectividad, de su materialidad, de su organización vital, etc.; pero, una vez que se ha comprendido un aspecto de la estructura de un objeto, debe volverse a la estructura total para n falsear el conocimiento del objeto.

Lo más difícil es, pues, pasar de lo abstracto (que permite el conocimiento) a lo concreto (que permite la acción).



  QUE ES LA LOGICA FORMAL.

Aplicando esta forma del conocimiento humano al pensamiento mismo, cuando la mente trata de comprender la “forma o estructura del pensamiento” sin alusión a ningún pensamiento concreto, tenemos la “lógica formal”.

Lógica formal será, según la definición de Kant, la ciencia “de las leyes necesarias del entendimiento y de la razón en general, o lo que es lo mismo, de la simple forma del pensamiento en general.



  LOGICA FORMAL Y REALIDAD.

Desde este punto de vista, la lógica formal sitúa al pensamiento en el plano de “pensamiento puro”, pues considera solamente el “orden” de tal pensamiento sin ninguna referencia al contenido o materia del pensamiento.

El gran peligro de la lógica formal (peligro en el que ha caído a menudo en la historia de la lógica) es el de quedarse en ese nivel de “pensamiento puro” y pretender que ese pensamiento (que ha sido “separado” de la realidad pro medio de la “abstracción”) es la realidad misma.

  En atención a lo anterior podemos aclarar que la Lógica formal se refiere a la “validez” del pensamiento, mientras que la Teórica del Conocimiento se refiere a la “verdad” del pensamiento.

Con esto no queremos decir que ambos aspectos pueden existir independientemente pues el esfuerzo del conocimiento humano sigue leyes estructurales según las cuales siempre que estemos refiriéndonos a un pensamiento abstracto siempre haremos referencia (al mismo tiempo) a un objeto concreto de la realidad.

EL CONCEPTO 



QUE ES UN CONCEPTO.

 A menudo tenemos que dirigir nuestro pensamiento hacia un objeto y hacernos una idea del mismo.

Esa idea puede ser una “representación sensible”, como cuando nos imaginamos cómo es, pero puede ser también una “representación racional” o intelectiva que se refiere a la esencia de la realidad, independientemente de sus variaciones en la existencia.

Llamamos concepto a la representación formal de los objetos obtenida por la vía intelectiva.

El concepto es objetivo en su contenido pero en cuanto que existe en la mente, en la conciencia del hombre.



OBJETO, CONCEPTO Y TÉRMINO.

En primer lugar, nos damos cuenta de que todo “concepto” debe referirse a un objeto, real o supuesto: todo concepto ha de tener una “referencia objetiva”.

En segundo lugar, por “abstracción”, se llega a concebir la forma del objeto intelectivamente, la esencia del objeto en su existencia real, y así tenemos el concepto.

Por fin, en tercer lugar, encontramos que ese objeto aprehendido intelectivamente, ha de expresarse de alguna manera, para su comunicación, por medio de “términos” o palabras.

Vemos, pues, que el concepto se encuentra en un momento intermedio entre el objeto y la palabra, sin ser ninguno de ellos, conservando su peculiaridad.



EXTENSIÓN DE UN CONCEPTO.

Llamamos “extensión” de un concepto al conjunto de los objetos de los cuales puede afirmarse con verdad que son el concepto (x) en cuestión, como cuando afirmamos que el objeto A es x, que el objeto B es c, etc. En otras palabras, se trata del conjunto de objetos que pueden recibir, con verdad, al concepto como predicando en un juicio.

  Por su extensión los conceptos se dividen en:

a) Generales, si se pueden predicar de varios objetos.

b) Individuales, si sólo se le puede predicar de un objeto.

  Los conceptos generales, relativamente uno del otro, pueden ser:

a)Género, si contiene a otros conceptos.

b)Especie, si es contenido por otro concepto.



COMPRENSIÓN, CONTENIDO O INTENCIÓN DE UN CONCEPTO.

Llamamos “comprensión”, “contenido” o “intención” de un concepto al conjunto de las notas o propiedades que “esencialmente” pertenecen al objeto al cual el concepto se refiere.

Es, pues, la representación intelectiva de las notas esenciales del objeto.Por su contenido los conceptos se dividen en:

a) Simples, si tienen sólo una nota.

b) Compuestos, si tienen varias.



RELACIÓN ENTRE EXTENSIÓN Y CONTENIDO.

La relación existente entre extensión y contenido puede expresarse de la siguiente manera: “a mayor extensión corresponde menor contenido y a menor extensión corresponde mayor contenido”.

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